ENTRE ESPUMEROS EN BUSCA DEL GRAN ROBALO....

Después de alguna que otra salida por nuestros pesqueros habituales, con suerte dispar y con tamaños mas bien recortados, ayer Luís y yo decidimos cambiar de pesqueros y aventurarnos a unas cuantas millas mas lejos de lo que suele ser habitual. Estuvimos escudriñando zonas poco vareadas por nuestras cañas pero que dieron el resultado deseado. A las 7:30h ya andábamos tirando las muestras entre las grandes espumas formadas por las olas de mas de 2m de altura, en una zona próxima a San Vicente. No se hizo esperar la primera picada de una robaliza de un kg pero que terminó soltándose de la linea de Luís. Pocos lances después me toca a mi sentir la primera picada a uno de mis artesanales de 17cm, franca y dura, que me hizo disfrutar unos minutillos antes de sacarla del agua con la destreza que atesora Luís con el truel. Pesaba 2.5kg y como es habitual en estas fechas, delgada. A los pocos minutos otra picada al max-rap de Luís, que venía acompañada de otra idéntica en tamaño a escasos centímetros de su compañera clavada en los fatídicos triples. Cuando nos disponíamos a meterla en el truel pegó una carrera y se metió bien abajo, haciendo trabajar de lo lindo el nuevo Daiwa de Luís, pero con la mala suerte de que soltó muy cerca de la lancha. Ya iban 2 que habían escapado y nos quedó una sensación extraña. Continuamos vareando la zona, vailando la lambada en la bañera de la lancha debido al salseiro que formaban las olas y que hacía muy didicil el equilibrio. Nueva picada, en esta ocasión a uno de mis artesanales de 13cm sardina de barriga roja. Era gemela a la anterior, con 2.6kg de peso y me pegó entre un banco de muxos que iba tocando con el señuelo hasta que sentí trabada con dureza. Seguimos insistiendo sabiendo que estaban por la labor de probar nuestros engaños. Nueva picada a Luís, ésta era pequeña, de unos 500gr de peso y que devolvimos al medio religiosamente esperando que Neptuno se apiadase de nosotros, premiándonos con algún buen róbalo tras nuestras lineas. No se hizo esperar el primer premio que nos tenía Neptuno reservado. Picadón, se suelta, 2 vueltas de carrete y otra picada franca con salida de un poco de trenzado, se suelta otra vez, 4 o 5 vueltas de carrete mas y picadón bestial, el tercero seguido  y en esta ocasión queda presa, con cabezadas muy duras aunque con poco hilo saliendo de mi bobina,  notándose  perfectamente el poderío del bicho en cuestión, que resultó ser un bonito róbalo de 4.5kg, muy delgado y que pretendía zamparse mi artesanal de 13cm sardina-barriga roja. No me había pasado nunca, varios pescados intentando zamparse el señuelo a la vez, soltándose y pegando al señuelo una tras otra. Me quedé de piedra. Después de las fotos y videos de rigor, volvimos al salseiro y a meter nuestros señuelos en el espumero, pegando como colofón para la mañana otro bicho que pretendía comerse el max-rap sardina de Luís y que en esta ocasión tardó unos 10 minutos en salir del medio, metiéndole el truel con cuidado de no enganchar los triples y perder la pieza que venía exhausta y panza abajo, síntoma de debilidad en estas fechas posteriores al desove. Fué la mas grande de la mañana con 4.7kg de potencia, también muy delgada.

Ayer tuvimos una visita en una de las muchas posturas que frecuentamos y dejo una reflexión para quien la quiera leer y que creo que debería mas de uno hacérselo mirar. El mar es de todos, pero como en todos los deportes hay unos códigos que no están escritos, pero que todo el mundo respeta, o por lo menos casi todo el mundo.Yo en los años que llevo saliendo en embarcación con Luis, Gabi o en mi propia lancha, son pocas las ocasiones que estamos pescando y alguien se pone en la postura, casi a la par, pegando lances hacia donde estamos nosotros pescando. Nos pasó 2 veces en la costa y a nosotros no se nos ocurriría pegarnos a otra embarcación que está en una postura pescando, simplemente seguimos nuestro camino hacia otra zona, que digo yo que en la costa sobran posturas y mas si el que patronéa la embarcación es marinero profesional y que se le presupone el conocimiento de la zona y es innecesario este tipo de gestos que al final retratan al que los comete. Mi compañero de pesca Luís se lo tomó muy mal yaque el tiene poco tiempo para pescar y en un par de meses abandonará nuestra querida tierra gallega hacia Barcelona a desempeñar su trabajo de Inspector de Hacienda, que le dejará muy pocos días al año para disfrutar su pasión, la pesca.
S2 E BOAPESCA.